domingo, 31 de octubre de 2010

Embarazo en la adolescencia


Por la Psicoterapeuta: Evelina Baeza Castro
Se puede decir que la adolescencia es un momento de crisis debido a toda la metamorfosis que ocurre; incluso se puede decir que el adolescente nace nuevamente a la vida, pues no sólo, como ya es sabido, su cuerpo cambia, sino que existen una serie de transformaciones que se manifiestan en el pensamiento, los afectos, la escala de valores entre otros. Uno de los cambios más trascendentes es el ocurrido en las relaciones sociales, pues cuando niño el mayor intercambio social ocurre dentro de la familia, sin embargo en la adolescencia es el grupo de pares el que cobra más importancia.

La adolescencia es un período de crisis debido a que en ese momento de la vida hay un incremento en la intensidad de la energía psíquica que lucha por expresarse, lucha que ocurre a la par de un debilitamiento de las normas morales, éticas y sociales que ha proporcionado la familia. Lo que hace que en este período el adolecente cometa actos impulsivos.

La sexualidad en el adolescente se exacerba y producto de la debilidad psíquica es frecuente la presencia de embarazos adolescente. En el embarazo, la crisis de la adolescencia está relacionada con los esfuerzos por controlar las tensiones que provoca el incremento de los impulsos y el embarazo, a la vez que va adquiriendo una identidad propia y la consolidación de sus estructura psíquicas en un proceso de creciente diferenciación de la figura de sus padres.


González Núñez (2001) menciona como factores desencadenantes del embarazo adolescente: a) Falta de cultura en el uso de anticonceptivos, b) hogares desestructurados por el abandono de los padres, c) hiperestimulación sexual, d) ser hijo de madre soltera y e) conductas antisociales.

El embarazo constituye un evento que rompe de manera abrupta con el equilibrio previo con el que la mujer y el hombre adolescente habían vivido hasta ese momento, ya que implica una importante movilización y redistribución de las fuerzas psíquicas dentro de ellos.

De esta forma los adolescentes que se embarazan pasan por un período de vida cuyo dilema emocional transcurre en: a) una ebullición de angustia, b) entusiasmo intenso y esperanza, c) soledad, d) preocupaciones éticas y estéticas, e) sensación de opresión por parte de los padres, f) rabia impotente, g) odio en contra del mundo externo y h) incluso fantasías suicidas.

El adolescente varón en proceso de convertirse en padre puede experimentar sentimientos de rivalidad frente su hijo, pues como adolescente que es, todavía no ha resuelto del todo los lazos de dependencia hacia sus progenitores, viviendo de esta forma a su hijo como rival por el amor de su pareja, puede experimentar temor ante la nueva situación y cuestionar su capacidad para educar a otro y como es de esperarse, la reactivación de problemas aparentemente resueltos con los padres.

La adolescente en proceso de convertirse en madre puede experimentar, por su parte, rivalidad con la propia madre o hermanos y contrariamente a lo que parecería, una intensa necesidad de dependencia hacia su madre, debido a la identificación que hace con su hijo, lo que la hace entrar en conflicto por la tendencia natural de la adolescente a separarse de los padres.

Esta situación, mantiene a la adolescente en un momento de angustia extrema que se suma a la presión social ya existente.

Resulta por ello tan importante, en la adolescencia:
- Contar con figuras de contención que fortalezcan la estructura psíquica del adolescente que en este período se encuentra debilitada y que hace frente a la fuerza tan intensa con que la sexualidad se expresa en ese momento.
- Tener una permanente educación en el autoconocimiento físico y emocional del propio adolescente tanto en el hombre como en la mujer.
Proporcionar información afectiva sobre la sexualidad, llevándose acabó desde el núcleo familiar
- Mejorar las habilidades de comunicación entre padres e hijos.

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