lunes, 14 de noviembre de 2011

Miedos y Fobias Infantiles, (Fobia Escolar).

Elaborado por: Pst. Vanesa Echandi, Psicoterapeuta de niños y adolescentes

Se piensa que los miedos son universales, instintivos e innatos como por ejemplo el miedo a caerse o a los sonidos fuertes. Pero hay otro tipo de miedos que parecen estar determinados de manera social y cultural como por ejemplo el actual miedo a la inseguridad urbana; sin embargo, el miedo resulta ser un fenómeno que posee componentes biológicos, cognitivos y emocionales. Es considerado un fenómeno psicológico normal para el ser humano (Jiménez, 1995) que tiene la finalidad de indicar la presencia de peligro ante estímulos que el individuo considera amenazantes.

Por su parte la fobia es un miedo irracional, involuntario y desproporcionado con respecto a la situación de peligro acompañada de reacciones fisiológicas continuas e intensas. Su finalidad es evitar una situación temida y aparece a raíz de un evento traumático.

En el caso de los niños, hay miedos propios dependiendo la etapa del desarrollo en la que se encuentren. Un bebé de 8 meses tendrá miedo a los extraños, pues la angustia de separarse y perder a su madre hace que los demás se vuelvan una amenaza para él. A los 2 años es común el miedo al inodoro pues es recurrente la fantasía de que serán devorados por este elemento sanitario. A los 3 años el miedo a la obscuridad se incrementa entre la población infantil pues aparecen ideas de que monstruos terribles surgirán, especialmente a la hora de dormir. Si bien estos miedos son comunes, cada niño puede vivirlos de manera diferente y la influencia que reciba de su entorno familiar, social, y cultural sumados a los factores constitucionales propios del niño le irán matizando el paso y transición a través de éstos hasta llegar a la siguiente etapa y enfrentarse a nuevos miedos.

Un niño que presenta fobias específicas verá afectada de manera significativa su vida cotidiana.

Una de las fobias más comunes es la fobia escolar la cual, según Jiménez (1995), se refiere al rechazo prolongado que un niño experimenta a acudir a la escuela por algún tipo de miedo que está relacionado con la situación escolar. Se considera que un niño padece de fobia escolar cuando evita ir a la escuela o actúa de tal manera que busque constantemente el ser regresado a casa. Este tipo de conductas de evitación se observa cuando es sumamente complicado que el niño se despierte o coopere para alistarse en su arreglo; también cuando dentro de la escuela su conducta hace que sea reportado para regresar a casa.

El rechazo también se ve manifestado por medio de reacciones fisiológicas como sudoración excesiva, tensión muscular, necesidad constante de ir al baño, nauseas, entre otras. Otro modo en que se puede detectar esta negativa es por medio de pensamientos e imágenes aversivas ante situaciones escolares, es decir la escuela es algo a lo que hay que temer y por lo tanto todo lo relacionado a ella.
Se ha encontrado (Gittelman y Klein, en Jiménez 1995) que adultos que padecen de agorafobia con frecuencia cuentan con una historia de fobia escolar en la infancia.

No debemos olvidar que existe un momento en el desarrollo del niño en que probablemente experimente sensaciones de miedo cuando empieza a ir a la escuela, pero si se detecta un miedo repentino, desproporcionado e intenso será necesario intervenir y acudir a un especialista para abordar la situación de la mejor manera, pues la etapa escolar es importante en el crecimiento de un niño pues fomenta el desarrollo de sus habilidades intelectuales, físicas y sociales.

Referencia bibliográfica:
-Jiménez, Manuel (1995) PSICOPATOLOGÍA INFANTIL. España: Aljibe