domingo, 8 de agosto de 2010

- Elaboración del duelo ante la pérdida del padre.


El impacto psicológico que ocasiona la muerte de la figura paterna, me interesó desde que amistades muy cercanas perdieron a su padre.
Y muy recientemente la pérdida del padre de mi padre, mi abuelo, me afecto gravemente.
Aunque por algún momento me pareció que el tiempo borraría el dolor que suele causar la muerte de un ser tan significativo en la vida de una persona como el padre, me di cuenta que con el tiempo más que disolverse el sentimiento de pérdida, se movilizó un fuerza muy intensa llena de toda clase de sentimientos “muy tempranos”.
Estas palabras “Muy Tempranos” fueron utilizadas por Sigmund Freud en una carta que le escribió a uno de sus amigos más cercanos, W.Fliess en respuesta a la carta enviada por Fliess por la muerte del padre de Freud.

2 de noviembre de 1896
-El padre de Freud había fallecido el 23 de octubre de este mismo año-

“Me cuesta mucho escribir justamente ahora que he dejado pasar tanto tiempo, para agradecerte las conmovedoras palabras de tu carta. Por uno de esos senderos oscuros que pasan por detrás de la conciencia formal, la muerte de mi padre me ha afectado profundamente. Yo lo estimaba muchísimo y lo comprendía perfectamente; influyó a menudo en mi vida y con esa mezcla de profunda sabiduría y romántica alegría, tan peculiar en él, significó mucho para mí. Sin duda alguna su vida en sí ya había terminado hace tiempo, pero su muerte real ha hecho revivir en mí todos mis sentimientos más tempranos. Ahora me siento completamente desamparado.”

Me parece importante destacar la palabra desamparado, esta palabra implica diferentes sinónimos como: Abandonado, desarraigado (palabra utilizada en otras traducciones), perdido, indefenso, etc.

La palabra desamparo me hace observar que el sentimiento primordial es el de estar a la deriva, como un barco en alta mar sin rumbo. La persona desamparada se siente demasiado expuesta, se siente insegura en cuanto a su porvenir.

Empecemos a definir en qué consiste un duelo.
Freud, en “Duelo y melancolía”, escribe: “El duelo es, por lo general, la reacción a la pérdida de un ser amado o de una abstracción equivalente, la patria, la libertad, el ideal etc…” (Duelo y melancolía, 1917)

¿En qué consiste el duelo?
El duelo consiste en el enfrentamiento del individuo con una realidad dura y difícil, la realidad se muestra ante el individuo que sufre el duelo haciendo evidente que el objeto amado, en este caso el padre, ya no existe. En estos momentos el doliente (sujeto), se ve obligado a abandonar toda relación con su objeto de amor (padre).
Esta situación orilla al sujeto a generar una resistencia ante tal realidad, resistencia que puede ser tan intensa pudiendo llevar al individuo hasta el límite de una psicosis. Sin embargo normalmente la realidad obtiene victoria, y poco a poco el individuo pasa por un proceso en donde acepta esta pérdida. (Freud Duelo y Melancolía, Freud 1917)

“Esta separación, no puede ser llevada a cabo inmediatamente y sólo ocurre de un modo paulatino, con un gran gasto en tiempo y energía psíquica. (Duelo y Melancolía, Freud 1917)

Por otra parte quiero comentar que en nuestra vida desde la adolescencia los seres humanos siempre hemos tenido que elaborar nuestras pérdidas. Duelo se relaciona psicoanalíticamente a toda situación de pérdida, y elaboración del duelo es el proceso mediante el cual el sujeto supera la aflicción provocada por la pérdida.
Las etapas de las cuales se compone la elaboración del duelo son:
1° Negación
2° Desorganización
3° Enojo
4° Culpa
5° Soledad
6° Alivio
7° Restablecimiento
Esta última etapa se desarrolla lentamente, a medida que el doliente aprende a manejar los sentimientos de culpa que tiene. De esta manera, el doliente vuelve a vivir, ve el futuro con más confianza y seguridad en sí mismo; goza más el presente, y el recuerdo de la persona ida se hace menos doloroso. A medida que se va fortaleciendo y restableciendo de la pérdida, siente que vuelve a nacer con nuevos bríos y nuevas perspectivas.

(Gorer 1965) escribió que una persona que, por una razón u otra, no elabora completamente el proceso de duelo, puede llegar a caer en comportamientos inadecuados, como serían: el ocupacionismo errático, la glorificación desmedida de la persona ida, o la desesperación que puede sumergir en la depresión y/o llevar al suicidio moral o físico. O presentando síntomas como llanto compulsivo, perturbación del sueño, dificultades en la concentración mental y falta de apetito.
La presencia de un psicoterapeuta en el proceso de duelo, da soporte al doliente, beneficiando de forma positiva la recuperación, es un apoyo que orientará al doliente y le dará las herramientas necesarias para sostenerse más tarde por sí mismo siendo el psicoterapeuta un punto de referencia y contacto con la realidad circundante.

Fuentes Bibliográficas:
Gorer 1965
Duelo y Melancolía Sigmund Freud 1917
Obras Completas Sigmund Freud
Apuntes Pst. Oscar Iván Partida Ponce

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